desgaste.
desgastar.
desgastado.

creo que he llegado a la explicación de por qué de verdad mi alma es una avioneta. porque de buenas a primeras salto por la ventana y arranco el motor. brrrrm. lejos, lejos, lejos.
quizás es que prefiero irme antes de ver como todo se desmorona, se cae, se rompe, se destroza.
antes de ver como algo que una vez te llenó antes ahora solamente punza y pica y raspa y duele.
quizás es que prefiera irme con la maleta cargada de momentos, de esos momentos de sonrisas grandes y anchas, donde mordisqueabamos la felicidad, donde nos dolía la barriga de reir, donde los hoyuelos se quedaban marcados durante horas, o cuando llorabas y llorabas y llorabas y la otra persona lloraba contigo para luego darte calma. calma, esa calma que pocas personas te saben dar. esa calma de, eh, que no pasa nada.
creo que prefiero irme con esos recuerdos, y no con conversaciones vacías, de miradas indiferentes, de abrazos incómodos, de sonrisas cansadas.
también por eso creo que me gusta tanto regalar un cacho de mi, momentos especiales, algo que aunque ya no esté, aunque ya me haya ido, recuerde lo que una vez fue, porque lo que fue siempre se mantendrá a pesar de como pueda acabar.